Piel para tapizar: Descubre los aspectos clave para elegir la mejor opción para tu sofá o sillón

• Piel plena flor: La piel plena flor mantiene todo el grano y poro original de la piel. Procede, normalmente, de animales que han vivido en granjas, generalmente de ganado originario de Europa. Es una piel muy limpia, exenta de la huella de parásitos y picaduras de insectos. Es un cuero que suele estar tratado con anilinas, que hace que sea un producto muy natural y confortable. Estas pieles están tratadas con ceras y productos naturales para conseguir el tacto característico. Este tipo de piel es conocido por su durabilidad, además de que es una piel que respira, se aclimata a la temperatura del ambiente y a la temperatura corporal. Es ideal para lugares más exclusivos, pues ofrece una apariencia tradicional. Indudablemente, sus características la convierten en una opción versátil para una amplia gama de estilos decorativos. Es una piel que tiene un envejecimiento natural. La piel plena flor puede variar en textura al tener su grano natural y sin acabado de refinición, por tanto está más expuesta y requiere de cuidados especiales.
  
• Piel flor ligeramente pigmentada: Es un tipo de cuero en el que aún se observa el poro semi abierto, pues en el proceso de fabricación se procede a lijar ligeramente su superficie, con la finalidad de igualarla y disimular así las marcas más evidentes. Hay que tener en cuenta que se trata de una piel que suele ser de origen extra europeo y de ganado que suele vivir en libertad y en condiciones climáticas extremas, con lo que es muy probable encontrar restos de marcas naturales producidas por las rozaduras o arañazos del propio animal, así como picaduras de insectos, etc. Es una piel a la que se le puede llegar a igualar la grana o grano natural y en la que se pueden encontrar diferencias de textura en su superficie. Se le aplica un color pigmentado y se le da un tratamiento de acabado a base de lacas que le confiere el tacto característico que protege el material frente al exterior.
  Esta piel conserva, en definitiva, sus marcas naturales, que lejos de rebajar la calidad de la piel, le otorgan un carácter único, además de un sello de autenticidad. Es, sin duda, una piel muy consumida y de gran calidad, que ofrece una sentada confortable, que se adapta perfectamente gracias a su flexibilidad y capacidad de resorte.
  
• Piel pigmentada: La piel pigmentada es una piel en la que no se aprecian los poros característicos de la misma. Este tipo de piel se somete a un proceso de manipulación, que implica la eliminación de imperfecciones y marcas, para obtener así una apariencia uniforme. La capa exterior se lija para igualar su textura y se eliminan todas las marcas naturales de la piel a base del estuco. Indudablemente conserva las características del cuero, como la resistencia; se le da un color pigmentado que le confiere una tonalidad uniforme y se le aplica un tratamiento de igualación del grano de la piel, además un acabado de refinición a base de lacas, para proteger el material, lo que le confiere el toque característico de la piel. Eso sí, es una piel que tiene una estampación y grabado que se asemeja al natural, permitiendo la uniformidad en toda su superficie.
  En definitiva, es una piel para tapizar altamente valorada por su suavidad y apariencia natural. Combina la suavidad de la plena flor, pero esta capa protectora adicional la hace más resistente a las manchas y al desgaste diario. La piel pigmentada es muy resistente y fácil de limpiar, lo que la hace más apropiada para hogares con niños o mascotas. Es una opción popular para aquellos que desean disfrutar de las características que otorga el cuero, como son su belleza natural y su durabilidad.
  
  
  

Aspectos a considerar al elegir una piel para tapizar

Al elegir la mejor piel para tapizar tu sofá o sillón, debes tener en cuenta los siguientes aspectos:

• Durabilidad: La piel utilizada para tapizar sofás o sillones debe ser duradera y resistente al desgaste diario. Asegúrate de elegir una piel de calidad que pueda soportar el uso constante y mantener su apariencia a lo largo del tiempo.
  
• Estilo decorativo: La elección de la piel para tapizar debe complementarse con el estilo y la decoración deseada para tu hogar. Considera su gama de colores y la textura de la piel para asegurarte de que se ajuste al ambiente deseado.
  
• Comodidad: La comodidad es esencial cuando se trata de muebles tapizados. Opta por una piel que sea suave al tacto y que te brinde una sensación agradable al sentarte.
  
• Mantenimiento: Antes de tomar una decisión, averigua qué tipo de cuidado y mantenimiento requiere la piel que estás considerando. Algunas pieles pueden requerir tratamientos especiales, mientras que otras son más fáciles de limpiar y mantener. Ten en cuenta que existen productos específicos para una limpieza adecuada que puedes encontrar aquí.
  
• Presupuesto: El coste es otro factor importante a considerar. A mayor naturalidad preservada en la piel, mayor será su coste económico. Evalúa tu presupuesto y encuentra un equilibrio entre naturalidad, calidad y precio, para que ésta se ajuste a tus necesidades.
  
• Origen y producción: Asegúrate de obtener información sobre el origen y el proceso de producción de la piel. Busca proveedores de confianza que ofrezcan pieles de fuentes éticas y sostenibles. Esto te ayudará a respaldar prácticas responsables y a garantizar que la piel utilizada en tus muebles tapizados sea de alta calidad.
  
  
  >> Muestras de piel para muebles tapizados